El último rinoceronte blanco recurre a Tinder para salvar la especie
A su edad, Sudán, el último rinoceronte blanco del norte en el mundo, no busca a su media naranja ni vivir una fugaz historia de amor. Como el 90% de los usuarios de Tinder, solo busca una noche de sexo, y en su caso, además, por motivos globales: salvar a su especie de la extinción.
"Soy único. Soy el último rinoceronte blanco macho en el planeta Tierra. No quiero parecer un aprovechado, pero el destino de mi especie depende, literalmente, de mí. Actúo bien bajo presión. Mido 1,82 metros y peso 2.267 kilos, por si esto importa", describe en su perfil.
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Ante el inminente peligro de desaparición de esta especie, los responsables de la reserva natural de Ol Pejeta, en Kenia, y la red social Tinder han lanzado una campaña para recaudar 9,000,000 de dólares, cantidad estimada para el desarrollo de una técnica de fertilización asistida válida para estos animales.
Desde que la subespecie del rinoceronte blanco del norte, un corpulento y singular ser vivo, llegó en 2009 al citado parque, los veterinarios lo han intentado todo para la reproducción natural sin obtener resultado.
'Sudán' tiene 43 años, comparables a unos 90 en la vida humana, y convive con las dos últimas rinocerontes blancas: 'Najin', de 27 años y 'Fatu', de 17. Entre ellos la cosa funcionó, Fatu es la hija de 'Sudán' y 'Najin', pero hoy, a las puertas de la extinción, estos tres rinocerontes necesitan mucho más que amor, necesitan química.
Aunque el esperma de 'Sudán' aún sirve, 'Fatu' tiene lesiones degenerativas en el útero mientras que su madre, 'Najin', no tiene fuerza en las patas traseras, lo que imposibilita que pueda ser montada, aparte del riesgo que podría causarle un embarazo.
"Parte de 'Sudán' ya está en un tubo de ensayo, y la ciencia pretende que, con tiempo y dinero, el esperma del macho germine en un óvulo de una de las dos hembras para así implantar el embrión en un rinoceronte blanco del sur, una subespecie que aún cuenta con unos 4,500 ejemplares", explica a Efe Richard Vigne, director de Ol Pejeta.
"Estas técnicas nunca habían sido desarrolladas antes en los rinocerontes. Reintroducir la subespecie y devolverla al centro de África es un proceso que puede llevar un mínimo de 10 años", apunta.
Pero hay lugar para la esperanza. "Se están logrando grandes progresos, pero aún se necesita más tiempo para perfeccionar el proceso antes de llevarlo a cabo", asegura.
Como todo hito científico, requiere hurgar en los bolsillos. Los precursores estiman que se necesita entre 9 y 10 millones de dólares para el experimento y hasta ahora solo se han conseguido 100.000 a través de la campaña.
"¿Por qué Tinder?: porque es la mayor red de citas en el planeta", sonríe el director ejecutivo. Se trata de un público potencial que al deslizar la pantalla hacia la derecha (forma de decir que alguien te gusta en esta red) es reconducido a una página en la que se puede donar para la investigación.
Esta es la última oportunidad que el ser humano tiene de salvar al rinoceronte blanco del norte, una forma de devolverle lo que un día le arrebató a través de la caza.